Mentalizarnos y mentalizar a los niños de que se terminaron las vacaciones y hay que volver al cole, no tiene por qué ser complicado; incluso, puede ser divertido.
Cuando; además, conseguimos que los niños participen en los preparativos e intervengan activamente en este proceso, estamos captando a los mejores y más entusiastas aliados.
A lo largo de este artículo mostramos varias actividades en las que pueden participar mientras organizamos las nuevas rutinas. Descubrimos momentos para compartir y conversar con ellos, organizamos el tiempo juntos y, como siempre, facilitamos herramientas para hacerlo más fácil y divertido.
Participar y preparar
Tras varios meses de descanso, sin horarios, la vuelta a la rutina es un motivo de estrés para los niños y un momento ideal para practicar nuestra paciencia.
Lo peor que puede ocurrir es que los niños no sean capaces de entender y, por lo tanto, explicar lo que les ocurre ya que tienen sentimientos contradictorios. Por un lado, están deseando volver a ver a sus amigos; pero, por otro, la rutina y los cambios en sus horarios vacacionales no les gustan demasiado.
Una forma de evitar que focalicen en la parte que menos les gusta, pues a la larga les va a generar ansiedad, es mantenerlos ocupados, entretenidos y aprovechar, este tiempo compartido, para que verbalicen sus sentimientos y si es necesario, podamos normalizarlos.
¿Cómo?
Como siempre, con juegos.
Para que participen en estos preparativos de buen grado es importante que propongamos aspectos por los que se sientan atraídos y muestren interés.
A mi hijo, por ejemplo, le encantaba preparar su zona de estudio. Lo decoraba con posters, calendarios, recopilaba cajas para organizar las gomas, tajalápices, lapiceros, buscaba o creaba un espacio destinado a las las libretas, otro para los libros, etc.
Lo cierto es que la mitad de las cosas, cuando se ponía a estudiar, ni las miraba, pero para él, suponía un ritual y hoy, años después, su zona de trabajo es su santuario.
El cambio en la rutina del sueño es lo que peor llevamos todos.Pero no queda más remedio que establecer nuevos ritmos. Hay que empezar a dormir antes y levantarse más temprano.
Para hacerlo más llevadero os proponemos una actividad en la que se sentirán implicados pues el objetivo es conseguir recompensas.
Una divertida propuesta
Este desafío, con sus premios, les motivará para cumplir los objetivos que establezcáis, con o sin su participación (seguir vuestro criterio). Nosotros vamos a proponer algunos para explicaros la dinámica de la actividad.
Es aconsejable que se combinen desafíos que les resulten difíciles de cumplir y otros que les gusten.
El material que vais a necesitar es:
- Un contenedor: caja, bote, sobre, incluso lo podéis hacer vosotros.
- Fichas: botones, monedas de un céntimo de euro, fichas de algún juego de mesa o también podéis hacer con ellos.
- Plantilla: Podéis descargarla de forma gratuta.
Nuestro ejemplo:
Por la noche
- Si se acuestan a la hora establecida obtendrán un punto.
- Si apagan la luz a su hora obtendrán otro.
- Se restará un punto si se acuestan más tarde y otro, si no apagan la luz a su hora.
Por la mañana pondremos el despertador diez minutos antes de la hora.
- Si se levantan cuando suene obtendrán diez puntos.
- Por cada minuto que se retrasen se restará un punto.
- Si se levantan pasados diez minutos, los perderán todos.
Cada día se hará un recuento de los puntos Cuando el balance sea positivo, los puntos obtenidos se meterán o pegarán en el contenedor y si es negativo, se extraerán.
El sábado por la mañana haréis un recuento y si han llegado a los objetivos establecidos, tendrán una sorpresa.
Es conveniente ajustar el número de puntos y la sorpresa a la edad de los niños ya que ganar puntos y canjearlos es lo que les va a mantener motivados. Además, desconocer cuál va a ser la sorpresa da un extra al juego.
Un horario inspirador
Otra manera de pasar un buen rato juntos es organizar el tiempo libre. Para ello, hemos confeccionado un horario inspirador que podéis descargar gratuitamente.
En primer lugar, entre todos marcareis, con un lapicero, las horas y días libres. Previamente hay que negociar el tiempo que vais a destinar a merendar, hacer los deberes, extraescolares, juegos, etc.
Una vez acordado, dejareis constancia de estos acuerdos en la plantilla. Queda más llamativo si utilizáis un color diferente para cada actividad y la colgareis en un lugar especial.
Para terminar, teniendo en cuenta que, durante la adaptación, surgen más nervios de los habituales, os recomendamos que echéis un vistazo al post de “El juego del silencio”.
Si te hemos inspirado con este artículo puedes compartirlo en redes y nos ayudaras a dar a conocer esta página.
Agradecemos tu visita y te deseamos una feliz vuelta al cole.
y una entrada de blog de prueba