No hace tanto tiempo comenzamos a escuchar el término gamificación aplicado a la enseñanza y aunque parecía que era una moda efímera, el tiempo nos ha demostrado que ha llegado para quedarse y nos alegramos de ello.
Como sabes la gamificación es una técnica pedagógica que se utiliza en distintos ámbitos para aprender a través del juego. Este criterio resulta muy apropiado en las etapas infantiles pues los alumnos aprenden con una herramienta lúdica.
Cuando trasladamos la mecánica de los juegos a la práctica educativa, estamos impulsando la forma más natural de aprender y convertimos las actividades rutinarias en un proceso placentero.
Este es el tema que nos ocupa hoy. En este artículo defendemos que la gamificación es una herramienta educativa motivadora y de ahí que su implementación en las aulas tenga tantas ventajas; además, si te quedas hasta el final podrás descargarte una actividad.
Gamificar la enseñanza
Aunque son muchas las definiciones que se barajan en torno al término gamificación, todas coinciden en la esencia; es decir, que en la gamificación se aplican los principios y elementos del juego en entornos ajenos a este.
Es conveniente entender que la gamificación no es el fin sino la herramienta que se utiliza para aprender algo. No se trata solo de introducir un juego en el aula para entretenerse sino que esta actividad debe tener como objetivo la implicación del alumno y el aprendizaje de los contenidos que se estén impartiendo.
Debes tener en cuenta que incluir este tipo de interacciones requiere una mayor planificación de las estrategias didácticas, un mayor esfuerzo creativo del profesor y una constante actualización sobre las herramientas que van surgiendo para desarrollar estas actividades.
Pero merece la pena pues su finalidad es la motivación intrínseca de los estudiantes o lo que es lo mismo, activar el deseo por continuar aprendiendo a través de la atención e interacción.
La gamificación y la motivación
El carácter motivacional de la gamificación en el aula ha demostrado su influencia en la atención de los estudiantes, el aprendizaje significativo y el impulso de iniciativas por parte de los alumnos y alumnas.
Pero qué es la motivación , la respuesta más sencilla es “lo que lleva a un individuo a hacer algo”. La motivación, en definitiva, determina la actitud que va a tener un estudiante en sus estudios (González-Alonso, 2017) y, por lo tanto, está íntimamente ligado al rendimiento académico.
Factores motivadores
El juego educativo utilizado en el aprendizaje permite diseñar tareas que estimulan al alumno a experimentar, interactuar o trabajar en equipo e impulsa algunos detonantes de la motivación.
La curiosidad es uno de los elementos positivos que fomenta el juego pues activa un buen estado de ánimo de cara a asimilar los contenidos lo que permite avanzar en la materia.
La competencia y superación personal, íntimamente ligados, estimulan el avance y finalización de los retos y desafíos.
La socialización es un deseo universal del individuo para conectarse con otros y precisamente una de las características de los juegos es socializar y formar equipos que luchan por un fin común.
La autonomía personal para escoger con libertad acciones y tomar decisiones que resulta tan motivador está implícito en el juego.
Tipos de motivación
La motivación es una combinación de procesos que obedece a factores internos y externos (mentales, físicos y psicológicos) y que determina la dosis de energía empleada y la dirección en que se encauza dicha energía.
Existen dos tipos de motivación:
- Intrínseca. Se refiere a la satisfacción personal que conlleva realizar con éxito una tarea. En este sentido la teoría de la autodeterminación (Deci & Ryan,1985) defiende que los individuos son proactivos y tienen un sentimiento interno de crecer por ello, no necesitan recompensas para motivarse.
- Extrínseca. Este tipo de motivación va de la mano de lo que digan o hagan los demás acerca de la actuación del otro y de lo que obtenga tangiblemente de su aprendizaje. En este tipo de motivación los factores motivadores son recompensas externas que proporcionan un placer o satisfacción que la tarea en sí misma no puede proporcionar.
Sin embargo, estos tipos de motivación se mezclan continuamente y, en muchas ocasiones es imposible separarlas.
Ventajas de la gamificación en el aula
El éxito de esta metodología se puede comprobar a diario en el aula ya que cada vez son más los docentes que la utilizan en diversos ámbitos, debido a sus múltiples ventajas que aporta en el proceso de aprendizaje.
Algunas de las ventajas son:
- La motivación es la característica que más nos seduce y que ha quedado explicada más arriba. Esta peculiaridad nos lleva directamente a la siguiente ventaja.
- El rendimiento aumenta de manera indiscutible cuando hay motivación ya que el ser humano es más productivo cuando algo le gusta y le divierte.
- Desarrolla habilidades y destrezas relacionadas con la participación y la colaboración.
- Está estrechamente relacionada con el desarrollo de las habilidades blandas como la creatividad o el trabajo en equipo tan importantes para el desarrollo del alumno y para su vida laboral.
- Favorece el desarrollo de la competencia digital. Utilizar todas estas innovaciones en el aprendizaje supone un notable crecimiento para la formación.
- Promueve el trabajo cooperativo. El trabajo en común multiplica las capacidades y aptitudes de las personas. Aunque no siempre son actividades cooperativas, hay muchas ocasiones en que este elemento es indispensable para la buena práctica de la actividad.
- Ofrece intercambio de información entre docente y alumno.
En definitiva, estamos hablando de aprender haciendo, una forma magnífica de evaluar no solo los conocimientos sino también competencias tales como la resolución de problemas, la toma de decisiones, la empatía, la intuición, etc.
La función del docente en la gamificación
La gamificación proporciona entornos motivadores con los alumnos, pero hay que diferenciar el “jugar para aprender” del juego lúdico. Este “aprender jugando” implica trabajar los contenidos de la asignatura.
El educador o educadora será quien se encargue de explicar con claridad los elementos que intervienen en el proceso de juego y aclarar cómo seguirlos; además, deberá realizar una evaluación de los resultados de la dinámica que se haya llevado a cabo.
Primero decidirá el objetivo; por ejemplo, si quiere que los alumnos aprendan una materia, realicen un proyecto interdisciplinar, etc. A continuación hay que diseñar el itinerario con los contenidos (misiones) y las recompensas (tiempo libre, puntos positivos en la asignatura, tiempo extra en un examen,…).
El éxito de este sistema es la consecución de un compromiso por parte de los alumnos para superarse y seguir mejorando. Y este compromiso se consigue con una buena elección de las dinámicas de juego que deban estar adaptadas de forma correcta, se deben relacionar con los contenidos a tratar y con el perfil de los alumno
No quiero terminar este texto sin incluir un pequeño apunte sobre las diferencias entre la gamificación y el aprendizaje basado en juegos del que nos hicimos eco en el último artículo y que sabemos que genera cierta confusión.
EL ABJ no es lo mismo que la gamificación
Aunque el aprendizaje basado en juegos y la gamificación tienen aspectos comunes no son lo mismo.
La finalidad de ambos es fomentar el aprendizaje y para ello estimulan la curiosidad, la creatividad y el interés de los alumnos; para conseguirlo se sirven de recursos lúdicos.
Sin embargo, la gamificación se basa en la utilización de determinadas mecánicas propias de los juegos mientras que el ABJ a grandes rasgos, supone la utilización, adaptación o creación de un juego para usarlo en el aula.
Pero ninguna de las dos es sinónimo de jugar pues contienen matices que les aportan características propias y diferenciales.
En el ABJ, se juega a un juego (adaptado o no) para adquirir conocimientos concretos. Los objetivos son didácticos y el contenido se adaptará al juego. En la Gamificación se usan dinámicas, mecánicas y reglas de juego en un entorno que no tiene que ser necesariamente lúdico y en este caso, las reglas se adaptarán al contenido.
La Gamificación suele tener un carácter colaborativo mientras que el ABJ suele ser más competitivo y puede haber ganadores y perdedores. En la Gamificación no se suele hablar de perder o ganar, las reglas que tiene están orientadas hacia el progreso.
Es muy interesante la combinación entre estas metodologías e incluso, con otras diferentes.
Concluyendo y jugando
Podemos decir que la gamificación es una metodología gracias a la cual el docente dispondrá de una mayor cantidad de criterios para evaluar el progreso de los alumnos.
Como hemos visto es una forma motivadora de llegar a todos los estudiantes, independientemente de su nivel de desarrollo puesto que la dificultad estriba en la forma de plantear el logro de los objetivos y estos se realizan en función de las necesidades de cada momento.
En la sección de recursos gratuitos de nuestra página web puedes encontrar algunas actividades lúdicas entre las que seguro encontrarás alguna que te interese.
En esta ocasión, además, hemos preparado una especialmente para que este verano los niños y las niñas puedan repasar o aprender las conjugaciones con este recurso educativo gratuito.
Jueg-AR
Lo primero que debes hacer es descargar las plantillas que encontrarás en este enlace
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