Todos conservamos en nuestra retina la imagen del profesor leyendo un texto en voz alta y a los alumnos reproduciéndolo por escrito.
Esta es una de las imágenes más habituales en las aulas de primaria, ya que los dictados son ejercicios muy completos y versátiles.
Se trata de una actividad muy adaptable que permite múltiples variaciones en todas sus fases:
- Lo que se dicta (prosa, poesía, canciones)
- La persona que lo dicta (profesor, alumno, audio)
- El tipo de dictado (gramatical, por parejas, colectivo)
- La manera de corregirlo (autoevaluación, en grupo, profesor)
El objetivo más común del dictado es ejercitar los aspectos más formales de la expresión escrita, pero; además de la práctica de la ortografía y la gramática, sus beneficios van más allá, como veremos a lo largo de este artículo.
Un ejercicio útil y práctico
Por sus características, el dictado se convierte en una actividad adecuada para todo tipo de alumnos, independientemente de su edad o intereses, por lo que se puede adaptar a todo el grupo; además, en función de cómo se realice, puede ser dinámico e, incluso, convertirse en un acto comunicativo.
Los dictados son útiles, prácticos y además de mejorar el aprendizaje del alumno, se convierte en una excelente herramienta de evaluación para el docente pues, con este ejercicio, detecta el nivel de conocimiento de las reglas ortográficas y gramaticales de los niños.
Pero como hemos indicado un poco antes, el dictado no sólo incide en el aprendizaje ortográfico y gramatical, sino que aporta beneficios complementarios para el desarrollo de los niños como la atención o la concentración, entre otros.
Beneficios del dictado
Los dictados en primaria se utilizan, fundamentalmente, como material de refuerzo para el aprendizaje de la gramática u ortografía. Sin embargo, su práctica habitual conlleva una serie de beneficios que van más allá de los evidentes:
- La caligrafía
- La ortografía
- La puntuación
- La sintaxis
- El vocabulario
A continuación, incluimos una lista con otros beneficios importantes para los niños y niñas que aportan los dictados, en todas las etapas de su desarrollo.
Sirve para mejorar…
- La atención. Es imprescindible mantenerse atentos a la lectura para no perderse ningún detalle del texto.
- La concentración. No solo deben estar atentos, sino que tienen que dar un paso más ya que para no perderse ningún detalle, tienen que abstraerse de los estímulos externos.
- La comprensión auditiva. Los dictados favorecen la comprensión auditiva y la pronunciación de las palabras.
- El trabajo activo. Los niños se acostumbren a mantener su atención de forma activa durante todo el tiempo que dura el dictado.
- La autocorrección. Durante la lectura del dictado, los niños se fijan en lo que escriben y en muchas ocasiones, se corrigen de forma inmediata.
La corrección como parte del aprendizaje
La corrección es un aspecto fundamental en los dictados que puede ser, además, una actividad muy productiva y que pasa por ser una parte importante del aprendizaje.
Alujas Vega, en el año 2014, presenta el siguiente esquema basado en los postulados de Corder (1984) sobre los errores.
1. Identificar los errores en su contexto. Es cuando el alumno reconoce y se hace consciente de ellos.
2. Una vez identificado, se clasifican y describen. Pueden ser resultado de:
- Una omisión, adición o sustitución de palabras
- La ruptura o unión de sílabas de forma incorrecta
- Ausencia o exceso de tildes
3. Búsqueda del origen del error, es decir, se analizan las causas que han llevado al alumno a cometerlo. No es lo mismo un error de comprensión, que otro por desconocimiento, interferencia o falta de atención.
4. Por último, se realiza una evaluación del error que servirá para tomar consciencia del tipo de error producido y descubrir las dificultades personales y ayudar a tomar las medidas necesarias para superarlas.
La propia corrección del dictado es una actividad muy productiva que puede realizarse de múltiples formas: entre todos en el encerado, individualmente, en parejas o en grupos.
Para concluir
A partir de un dictado básico y sencillo, en el que el profesor dicta y los alumnos escriben, hemos visto como sus beneficios se multiplican y salpican otras competencias y conocimientos de manera transversal.
Cuanto más activo sea el papel de los niños en el dictado mejor será el resultado. Pueden escoger el texto, dictar alguna de las partes o corregir de forma activa. De esta manera, nos aseguraremos de que va a mejorar su atención.
En Tallerilerile hemos realizado un recurso para ayudarlos en la corrección de los dictados. Si te interesa, puedes descargarlo aquí de forma gratuita.
Coméntanos qué tal te ha ido y si quieres puedes dejarnos tu opinión sobre cómo mejorarlos en nuestros comentarios.
Si te ha resultado útil este artículo compártelo en redes. Nos ayudarás a llegar a más personas.
Gracias por tu visita