¿Siempre que escuchas una risa significa alegría?
Cuando hago esta pregunta en los talleres, la respuesta inmediata es rotunda. Si, la risa es el sonido de la alegría. Sin embargo, cuando avanzamos un poco en la sesión, esta creencia suele modificarse.
Me gusta ilustrar este punto con una anécdota personal que me sirvió para darme cuenta de la importancia de tener claras nuestras estados emocionales y lo útiles que resultan, para reconocerlas, todos los lenguajes: corporal, facial, verbal…
Este recuerdo que voy a relatar como si fuese un cuento, es real y personal, y como todo buen cuento, la moraleja está al final.
Así que te invito a que empieces a leer este artículo y llegues hasta el FIN.
Confusión emocional
Hace mucho, mucho tiempo, en un lugar no muy lejano una jovencita de once años se sintió muy confusa cuando comenzó a reírse en una situación muy desafortunada. Se encontraba la doncella en un multitudinario funeral y ante el cadáver de una querida tía, comenzó a reírse a carcajadas.
Ella no entendía nada y mientras se reía, escuchó a su madre disculparse, avergonzada, excusando a su pequeña y alegando que se trataba de “una risa nerviosa” ¿Risa nerviosa?, escuchó la jovencita que ciertamente estaba nerviosa.
Nerviosa, sí, pero sobre todo lo que sentía era una gran confusión pues no entendía cómo era posible reírse de aquella manera cuando estaba tan apenada y lo más triste fue que esta incoherencia le hizo sentirse “un bicho raro”.
La pequeña que no estaba acostumbrada a comunicar sus emociones, pasó este proceso en silencio pero no dejo de darle vueltas. Una vez en su hogar, terminado el peor momento de su corta vida, tuvo una certeza cuando recordó las palabras que había dicho su madre:
“Tiene una risa nerviosa” y entonces, comprendió que la risa no siempre es el sonido de la alegría, también podía serlo de otros estados de ánimo .
Te invito a que tomes esta pequeña anécdota como un ejemplo del riesgo que implica no tener claras nuestras emociones. Para que lo sientas mejor, busca en el pasado alguna situación tuya o alguien cercano en que os hayáis sentido mal al no tener claro un estado de ánimo.
Mi reflexión y la tuya, supongo, es la importancia de que los niños y las niñas entiendan sus estados emocionales, que sean capaces de poner nombre a cada uno de ellos y que nunca, nunca, se sientan confusos por no reconocer una de sus emociones.
Para ello te invito a continuar leyendo y a descubrir formas de ayudarles.
Reconocer las emociones
Es cierto que existen y experimentamos una gran diversidad de emociones que se entremezclan e incluso que tienen características y formas de expresión similares que pueden hacer que las confundamos entre sí.
Sigamos con el ejemplo de la niña que se rió cuando no debía.
El sonido de la risa, a estas alturas del artículo, ya podemos relacionarlo tanto con la alegría como con el nerviosismo. Entonces llegamos a la conclusión de que el sonido no es un rasgo excluyente en las emociones, por lo tanto tendremos que encontrar otros signos que nos den más claves para identificar la emoción correcta.
El estado de ánimo, el lenguaje corporal, los gestos faciales, el tono, el timbre de la voz, etc. En fin, contamos con un gran abanico de pistas que nos ayudan a determinar la emoción que estamos sintiendo o viendo reflejada en otro.
Ten en cuenta que si para un niño o una niña reconocer, en cada momento, su estado emocional y la emoción que le acompaña no es fácil, ponerle nombre, puede ser muy frustrante para ellos.
La parte positiva es que según van desarrollándose y experimentando estas emociones, es más fácil identificarlas. Seguro que estarás de acuerdo conmigo en que ser capaces de reconocer nuestras propias emociones es el trabajo de toda una vida.
Los niños y las emociones
Llegados a este punto si te digo que el mero reconocimiento de las propias emociones es una habilidad que precisa entrenamiento y es uno de los aprendizajes más importantes para relacionarnos saludablemente con nosotros mismos, no te va a sorprender y casi seguro que estás de acuerdo.
Aprender a reconocer los propios pensamientos, creencias y emociones, para poder gestionarlos de forma adecuada, es un trabajo que debe iniciarse en la infancia y es nuestro deber, como educadores, dotar a los peques de herramientas para que sean capaces de distinguir y reconocer, al menos, las emociones básicas.
A estas alturas posiblemente, te estés preguntando cómo puedes ayudar a los niños a reconocer sus emociones y de eso hablaremos un poco más abajo. Yo, ahora, te quiero hacer una pregunta.
¿Para qué reconocer las emociones?
Mi respuesta, por si te interesa, está relacionada con una de mis temáticas favoritas.
Si.
La Comunicación
Creo que de la misma manera que enseñamos a nuestros hijos e hijas a comunicar sus necesidades básicas, sus problemas o sus deseos, debemos ofrecerles recursos para que aprendan a expresar y comunicar sus emociones pues de esta forma les estaremos ayudando a:
- Conocerse mejor y tener autocontrol
- Entender mejor las situaciones
- Tomar mejores decisiones
- Reconocer las emociones de los otros
- Conseguir relaciones más sanas
Recuerda que si no reconocemos las emociones, no podremos gestionarlas.
Para concluir vamos a retomar tu supuesta pregunta…
Métodos para enseñar
Ya sabes que los niños y niñas tienen muchas emociones, pero que no son conscientes de ellas y por lo tanto, no saben cómo actuar ante ellas y cómo gestionarlas.
El mejor consejo y en algunas ocasiones el más difícil, es ser empáticos y pacientes.
Entiendes su desconcierto y poco a poco, trabajarás con ellos sus estados emocionales. Resulta más efectivo cuando se hace en el mismo momento en el que ocurre. Aprovecha situaciones reales y explícale al niño o niña su emoción, ponerle un nombre, explícale la expresión que la acompaña y su conducta, e invítale a que te cuente cómo se siente.
Recuerda que para comenzar a explicar las emociones es importante empezar por las 6 más básicas ya que son las más sencillas de entender y son base del resto:
- Alegría
- Asco
- Enfado
- Miedo
- Sorpresa
- Tristeza
Existen muchos métodos para ayudarle como juegos, cuentos sobre emociones, películas, series de dibujos, etc.
Actualmente, puedes encontrar muchos recursos online para trabajar las emociones básicas. ¿Qué actividades realizas tú en casa para enseñar las emociones?
Me encantaría que compartieras con nosotros tus ideas en los comentarios.
Para ampliar tu repertorio, en nuestra web tienes un recurso gratuito “Rimar las emociones” que puedes descargar. Son tres fichas para aprender o repasar las emociones básicas con rimas y colores. Descárgalas en este enlace
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